Se estima que afecta a unos 70 millones de personas en todo el mundo y en nuestro país podría haber unos 5 millones de pacientes con esta patología.
La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que se da por una hiperexcitabilidad del cerebro que genera una descarga anormal y excesiva.
Cuya principal característica son las convulsiones recurrentes.
Esta dolencia se presenta de diferentes maneras, desde movimientos bruscos involuntarios del cuerpo hasta períodos de ausencia por unos segundos.
Esta enfermedad afecta tanto a varones como a mujeres y en iguales proporciones, es decir, que no hay una predominancia por género.
Sus causas son variables y van desde las genéticas o hereditarias, falta de oxígeno al nacer, nacimiento prematuro, golpes “serios” en la cabeza o hasta tumores cerebrales.
En tanto, los estímulos que desencadenan las crisis epilépticas son muy numerosos-
Tales como luces centelleantes, sonidos repetitivos que, en caso de presentar una gran intensidad, pueden provocar convulsiones.
Los síntomas de la epilepsia
Esta patología neurológica que muchas veces se manifiesta en forma crónica y produce un alto grado de discapacidad e impacto en la calidad de vida, no sólo es responsable de las crisis epilépticas.
Sino que muchas veces viene asociada a trastornos de ansiedad, del estado de ánimo. A cuestiones de estigmatización y problemas sociales de tipo escolar primero, y laboral y económico en la adultez.
“Los síntomas de la epilepsia dependen del área del cerebro en donde inicia la descarga y el área a la cual se propaga.
Esto significa que los síntomas no dependen del género del paciente, sino del área del cerebro que se ‘activa’ en forma anormal y comienza a tener mayor actividad”,.
Explicó la doctora Dolores Ezquiaga, médica del staff del servicio de Neurología y de la Sección Epilepsia del Hospital Británico.
La especialista explicó también que “existen aproximadamente 70 millones de personas en el mundo con epilepsia”.
Mientras que se estima que en la Argentina “podría haber más o menos 5 millones de pacientes con esta patología”.
Aunque aclaró: “No tenemos una cifra exacta dado que no existen muchos trabajos poblacionales al respecto”.
“La distribución no es uniforme en el mundo.
Esta patología se ve más en países pobres.
Dada la poca accesibilidad al tratamiento médico y la baja disponibilidad de fármacos anticomiciales en estos lugares.
Se estima que de los pacientes con esta patología, el 60% son pediátricos y 40% son adultos”, añadió Ezquiaga.
Cómo llegar al diagnóstico de la epilepsia
Para arribar al diagnóstico de la epilepsia, se realizan un electroencefalograma y una resonancia magnética de cerebro, los primeros estudios indicados.
Cuando la resonancia de cerebro es normal y el paciente tiene una epilepsia de difícil manejo o refractaria, que no responde a los medicamentos convencionales.
Hay que empezar a buscar otras causas que no se evidencian en las imágenes, que pueden estar relacionadas a enfermedades metabólicas o ser de origen genético.
Si bien no hay registros locales sobre epilepsia y los casos refractarios a medicamentos, se estima que corresponden a cerca de un 25% de los casos.
Lo que representaría potencialmente unos 50 mil niños en nuestro país.
Para determinar que se está frente a un caso de epilepsia refractaria es fundamental contar con un neurólogo de cabecera.
Que guíe el tratamiento, sobre todo cuando el paciente empieza con el cuadro de epilepsia, para encontrar la causa y orientar el tratamiento.
Cómo proceder frente a un paciente con una crisis de epilepsia
Para saber cómo hay que proceder cuando estamos ante una persona que está teniendo una crisis, la doctora Ezquiaga explicó.
“Lo primero que tenemos que hacer es mantener la calma, poner a la persona de costado y aflojar todas las prendas que veamos apretadas (corbatas, bufandas, etcétera).
Luego colocar algo suave debajo de la cabeza para que no se golpee, una almohada o incluso una campera, puede servir”.
“Además, retirar todos los elementos que están próximos y con los que se pueda lastimar, como mesas o sillas, por ejemplo.
Es importante no interferir con los movimientos de los pacientes que se encuentran teniendo una crisis”, aseveró.
“Las crisis suelen ser autolimitadas y el paciente se puede ‘despertar’ muy cansado, confundido, con mucho dolor muscular o, incluso, que le cueste hablar.
Esto es normal y es un estado que llamamos postictal, puede durar desde minutos hasta incluso algunas horas”, amplió la experta.
“Lo más importante es lo que no tenemos que hacer y quiero remarcar este punto: no hay que colocar ningún objeto en la boca, es un mito que el paciente puede tragarse la lengua.
Puede pasar que se muerda la lengua, pero hay que tener en cuenta que es un músculo que se regenera y no va a presentar ningún inconveniente posteriormente.
En cambio, al colocar algo dentro de la boca, el músculo del maxilar se contrae tan fuertemente, que el paciente puede partir el objeto y tragarlo, llevándolo a la asfixia”, aseveró.
En resumen, la especialista dijo: “Si alguien está teniendo una crisis, hay que ponerlo de costado, no ponerle nada en la boca y esperar que la crisis se autolimite.
Si la crisis dura más de 5 minutos o tiene varios eventos sin recuperar la conciencia entre ellos, ya es una situación más grave que requiere atención médica”.
Tratamientos para la epilepsia
Los tratamientos disponibles para la epilepsia incluyen la cirugía, los medicamentos y la terapia cetogénica.
Con un tratamiento anticonvulsivante adecuado, hasta un 70% de las personas con epilepsia podría vivir sin convulsiones y llevar una vida normal.
La doctora Ezquiaga señaló que “los fármacos anticomiciales constituyen el tratamiento inicial y fundamental en los pacientes con epilepsia.
Hasta la década del ‘90, sólo se contaba con ocho drogas fundamentales y, desde entonces, el número de fármacos disponibles aumentó considerablemente.
Los anticomiciales, producidos después de 2000, se conocen como fármacos de tercera generación y la mayor ventaja sobre los fármacos más antiguos es que tienen menos efectos adversos.
Mejor tolerancia para el paciente, menos interacciones con otros medicamentos y cada vez son más seguros para el embarazo”.
“Es importante hablar también de las posibilidades quirúrgicas con las que se cuenta hoy en día y el aumento cada vez más de centros especializados en estos tipos de procedimientos.
El estimulador vagal, un aparato que se implanta debajo de la piel, es una batería que viene acompañada de un imán que se usa para interrumpir o reducir la gravedad de la crisis inminente”, dijo.
Y añadió: “La estimulación del nervio vago no resuelve el 100% de las crisis en pacientes con epilepsia fármacoresistentes.
No reemplaza los tratamientos tradicionales, pero es usada como una terapia adjunta de alta eficacia.
También existe la resección quirúrgica de lesiones, lo que se conoce como ‘la zona epileptogénica’, sitio donde inicia la descarga anormal y excesiva que produce las crisis”.
En cuanto, a la terapia cetogénica, estudios recientes evidencian un efecto positivo en el funcionamiento cognitivo y conductual.
Mejorando el estado de ánimo, incrementando los niveles de aprendizaje y reduciendo niveles de ansiedad.
Fuente: www.tn.com.ar