Su síntoma principal es la visión borrosa de lejos. Usar anteojos puede ser parte del problema, pero podría relativizar otros diagnósticos que pueden estar asociados.
Nuestros abuelos y bisabuelos pasaban mucho tiempo al aire libre mirando de lejos.
No tenían facilidad para poder estudiar y, por supuesto, destinaban sus horas de ocio a jugar en la calle. Donde todo está lejos y a la luz del sol.
En términos ópticos, seis metros es el infinito.
Y vivir todo el tiempo con luz artificial a bajas intensidades trae diversos problemas de salud.
Entre ellos mala visión de lejos, que es la miopía.
Ahora los chicos estudian y ven pantallas de cerca.
Durante el crecimiento y desarrollo de los niños, sus ojos van adaptándose a las necesidades visuales que el entorno propone.
Lamentablemente, la demanda visual actual es para tareas cercanas en interiores.
En los últimos años, hubo un interés considerable por el aumento de los casos de miopía.
Y se busca cómo hacer para disminuir los casos y retrasar la progresión de los mismos.
Hoy, por lo general, se usan varios abordajes para tratarla:
Aumentar las actividades al aire libre.
Y disminuir las horas de uso de dispositivos móviles, tablets, compus y lectura.
Utilizar diferentes concentraciones de atropina diluida en miopes en edad escolar.
Indicar diferentes diseños ópticos con defocus perifericos para mitigar la progresión de miopía.
Actualmente, se considera a la miopía como una enfermedad donde la comunidad oftalmológica está en la búsqueda de un tratamiento más efectivo para controlarla.
Pero se necesita más investigación para todas las enfermedades cuyo origen está relacionada con defectos refractivos.
La disminución de la visión para lejos
La miopía es una enfermedad que comienza con una disminución de la visión para lejos.
En principio se corrige con lentes, pero si el paciente es un niño o un joven en desarrollo que no terminó su crecimiento.
Si es sedentario y abusa de dispositivos móviles y poca luz solar, estará en problemas.
Porque lo que empezó con un inocente lente seguramente es el comienzo de una enfermedad miópica progresiva.
También los niños pueden padecer hipermetropía.
Que no diagnosticada a tiempo puede llevar a un ojo vago (ambliope). Y que traerá problemas a la hora de sacar registro para manejar.
El astigmatismo es otra enfermedad que si aumenta podría llevar a tener un queratocono, cuya incidencia aumentó en los últimos años entre los jóvenes.
¿Qué queremos decir con esto?
Que el Oftalmólogo es quien está capacitado para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del ojo, por más simples que ellas parezcan.
Así, la oftalmología es una especialidad médica.
Pues hay que estudiar medicina para poder luego ser oftalmólogo y estar capacitado para interpretar las enfermedades visuales.
Que por más simples que parezcan, no diagnosticadas y tratadas a tiempo pueden terminar en un dolor de cabeza.
(*) El doctor Roberto Albertazzi (M.N. 54.836) es médico oftalmólogo.
Presidente de la World Keratoconus Society y miembro fundador de la Sociedad Argentina de Cirugía Refractiva, Córnea y Cataratas.
(*) El doctor Leonardo Fernández Irigaray (M.N. 86.779) es secretario general del Consejo Latinoamericano de Estrabismo (CLADE).
Vicepresidente de la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil (SAOI) y Miembro del grupo de estudio de miopía de la Argentina.
Fuente: www.tn.com.ar