La muerte súbita atrae generalmente la atención de la gente cuando se produce en un deportista joven o una persona célebre. Pero la muerte súbita se presenta la mayoría de las veces en adultos mayores y, en la Argentina, es responsable de 40.000 fallecimientos al año. Lo importante es que el desenlace de un paro cardíaco no tiene por qué ser siempre fatal.
La muerte súbita representa la mitad de las muertes cardiovasculares y el 25% del total de las muertes en adultos. Aproximadamente la mitad de las veces puede ocurrir en personas sin enfermedad cardíaca conocida, como expresión de un primer episodio.
Con todo, el paro cardíaco de aparición súbita puede ser prevenido muchas veces mediante chequeos previos a la realización de actividades físicas competitivas o puede ser revertido con la utilización de desfibriladores automáticos. Los especialistas de la SAC también recomiendan que la población conozca las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), ya que se ha probado que los testigos de un desvanecimiento por paro cardíaco en la calle pueden ayudar a mantener la vida del paciente hasta que llegue una ambulancia al lugar.
Si bien muchos casos de muerte súbita están determinados por mutaciones genéticas difíciles de detectar previamente, otros pueden ser prevenidos mediante estudios que revelen afecciones cardíacas o coronarias subyacentes. En personas que practican deportes competitivos, los expertos de la SAC recomiendan estudios previos a la práctica (como un electrocardiograma o ECG) y un chequeo regular del estado de salud del deportista.
Atención, jóvenes futbolistas, a pesar de la difusión de las medidas de prevención, la muerte súbita sigue ocurriendo, ocasionalmente, en deportistas. Un reciente estudio realizado en Gran Bretaña con futbolistas adolescentes de los 92 clubes de fútbol de la liga inglesa mostró que se produjeron 3 veces más muertes súbitas de lo esperado en esa población. Según la investigación publicada en The New England Journal of Medicine, la incidencia de muerte súbita resultó de 6,8 por cada 100.000 atletas (1 en cada 14.700 años-persona), cuando se podía esperar 1 caso por cada 50.000, o, según la American Heart Association, 1 cada 200.000.
En la Argentina, donde existen alrededor de 4.000 clubes de fútbol directa o indirectamente involucrados en torneos oficiales, todavía queda mucho camino por andar para instalar desfibriladores en todas las canchas y chequear a los jugadores juveniles en forma completa. Para aumentar la conciencia sobre la muerte súbita no sólo en los deportistas sino también en el resto de la población, la Fundación Cardiológica Argentina lleva adelante una campaña a lo largo de esta semana que apunta a fomentar el aprendizaje de maniobras básicas de reanimación cardiopulmonar (RCP) y manejo de desfibriladores externos automáticos (DEA).
Fuente: www.sac.org.ar