Para 6 de cada 10 madres argentinas es «muy difícil» mantener una alimentación saludable en el hogar.

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Lo reveló una reciente encuesta realizada en el país, según la que las mujeres con mayor nivel de información nutricional optaban por opciones más sanas que las menos informadas. En tres de cada diez hogares piden pizzas y empanadas una vez a la semana.

Casi seis de cada diez madres (58%) de entre 20 y 40 años de edad con hijos de 0 a 5 años expresaron que era algo o muy difícil mantener una alimentación saludable en el hogar. Este nivel de dificultad aumenta en los estratos socioeconómicos (NSE) más bajos (65%) y en aquellas familias que poseen 3 o más hijos (76%). Además, el 88% de las mujeres se encarga del menú alimenticio de la casa y el 95% son las que cocinan habitualmente.

Estas son algunas de las conclusiones de una encuesta online sobre 300 madres de entre 20 y 40 años de edad con hijos de 0 a 5 años de CABA y el Gran Buenos Aires llevada a cabo en la semana del 15 al 24 de septiembre de este año por la consultora Luis Costa & Asoc. a pedido de Revolución Saludable, una iniciativa tendiente a modificar hábitos de comportamiento en la población para mejorar la calidad de vida.

En la Argentina, según cifras del Panorama de Seguridad Alimentaria de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 7,3% de los menores de 5 años presenta obesidad.

Por su parte, según estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación, un 30% de los niños en edad escolar presenta sobrepeso y un 6% sufre obesidad. Esta situación se explica, en parte, por un contexto alimenticio obesogénico, en el que se observa un aumento del consumo de productos procesados (pan, quesos, fiambres, vino y cerveza, por dar unos ejemplos) y de ultraprocesados (snacks, helados, hamburguesas, chocolates, factura, galletitas dulces y pizza, entre muchos otros), que aportan cantidades elevadas de azúcar y sodio a nuestra dieta, más un menor consumo general de frutas y verduras.

Del sondeo surgió también que haber recibido información para decidir si un producto es saludable o no, influye considerablemente en las elecciones de la alimentación de los hogares. Mientras que el 79% se manifestó como muy o bastante informado, uno de cada cinco (20%) reconoció que se consideraba ‘poco o nada informado’. Y al segmentar las respuestas se observó que la dificultad para elegir una alimentación saludable bajaba al 51% entre las informadas y trepaba al 89% entre las que no lo estaban.

Es mucho más sencillo y efectivo incorporar hábitos saludables durante la infancia que tratar de modificar conductas no saludables en la edad adulta.

Al explorar sobre la elección de grupos de alimentos, el consumo de verduras -por ejemplo-fue reportado en un 82% por las madres informadas y en un 67% en las menos informadas; el de frutas, 80 vs 71% y el de leches descremadas, 56 vs. 42

En esa misma línea, cuando se abre el consumo por nivel socioeconómico, aparece en los estratos más bajos un menor consumo de todas las clases de productos, a excepción de galletitas dulces, salchichas y gaseosas, tanto comunes como versiones light.

Es importante observar cómo aquellas mamás informadas a la hora de elegir los alimentos optan por grupos más saludables, lo que nos muestra la importancia de la educación y de llegar a los hogares con consejos prácticos que los ayuden a

Fuente: www.infobae.com