Ensayan con éxito un nuevo tipo de vacuna contra el cáncer

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El producto se personaliza para cada paciente según las mutaciones del tumor.

Un nuevo tipo de vacunas para tratar el cáncer ha obtenido resultados positivos en los dos primeros ensayos clínicos que las han probado en personas.
Las vacunas, que son personalizadas para cada paciente, se han ensayado hasta ahora en 19 voluntarios que tenían melanomas avanzados. Quince de ellos están aparentemente libres de cáncer entre 13 y 32 meses después de haber recibido las vacunas, según los resultados presentados ayer en la edición electrónica de la revista científica Nature.
La investigación se basa en que las células tumorales tienen mutaciones genéticas que dan lugar a proteínas anómalas llamadas neoantígenos. Estas proteínas, que son características de cada tumor y por lo tanto diferentes para cada paciente, no se encuentran en las células sana
El sistema inmunitario es capaz de reconocerlas y de atacar aquellas células que las tengan. Por lo tanto, si se ayuda al sistema inmunitario a reconocer y atacar los neoantígenos con una vacuna, se podrían eliminar células cancerosas sin dañar las sanas.
Esta idea ha sido desarrollada de manera independiente por dos equipos de investigación, uno liderado por el hospital oncológico Dana Farber de Boston y la Escuela de Medicina de Harvard (EE.UU.) y el otro por la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz (Alemania). Ambos han desarrollado vacunas similares, las han ensayado por primera vez en pacientes y han obtenido resultados parecidos.
Estos resultados “demuestran que se puede producir una vacuna personalizada, adaptada al tumor de un paciente, y generar respuestas inmunitarias específicas contra el tumor”, concluye el equipo de Estados Unidos en Nature.
Sólo se ha ensayado en 19 enfermos; quince de ellos no tienen rastro de células tumorales
Los investigadores advierten que estos primeros ensayos clínicos no estaban diseñados para evaluar la eficacia de las vacunas, sino únicamente para explorar si representan una línea de trabajo prometedora. Son estudios llamados de “prueba de principio” porque exploran si el principio en que se basan las vacunas es viable.
“Se trata de estudios iniciales”, informa Antoni Ribas, especialista en melanoma de la Universidad de California en Los Ángeles y pionero en el uso de fármacos de inmunoterapia, que no ha participado en esta investigación pero que colabora con el equipo de Boston. “Los próximos estudios requerirán muchos más pacientes para demostrar si la vacuna es lo bastante potente para inmunizar contra el cáncer y para inducir respuestas en los tumores”.
Pero tras los buenos resultados obtenidos hasta ahora, ya se han puesto en marcha estos nuevos estudios con grupos más amplios de pacientes, informan por correo electrónico Patrick Ott y Catherine Wu, primer autor y directora de la investigación del equipo de Boston. Una prueba de las esperanzas depositadas en esta línea de investigación es que tanto el equipo de EE.UU. como el de Alemania han creado compañías de biotecnología para desarrollar las vacunas.
Son necesarios estudios con más personas para confirmar la eficacia y seguridad de la técnica
Aunque por ahora este nuevo tipo de vacuna sólo se ha estudiado en pacientes con melanoma –el tipo más grave de cáncer de piel–, los investigadores sostienen que también debería ser eficaz contra otros tumores.
En Estados Unidos hay un ensayo clínico en curso en el que se ha empezado a administrar la vacuna –en combinación con fármacos de inmunoterapia– a personas con cáncer de pulmón o de vejiga, informan Patrick Ott y Catherine Wu. En los próximos meses, los ensayos se extenderán al cáncer de riñón, un tipo de leucemia y linfomas.
La decisión de empezar por el melanoma se explica porque es un tipo de cáncer que suele presentar una gran cantidad de mutaciones genéticas, y por lo tanto de neoantígenos, causadas por la exposición de la piel a la radiación solar. También cánceres causados por el tabaco como la mayoría de los de pulmón y de vejiga tienen un gran número de mutaciones y son buenos candidatos a ser controlados por el sistema inmunitario.
La inmunización sólo se ha probado por ahora en enfermos con melanoma
Tanto en el ensayo clínico de EE.UU. como en el de Alemania se ha ofrecido la vacuna a pacientes con melanomas que se habían extendido a ganglios linfáticos o causado metástasis. Eran, en todos los casos, tumores de mal pronóstico.
Los investigadores han recurrido a técnicas de secuenciación masiva desarrolladas en los últimos años para identificar los neoantígenos característicos de cada tumor. Han recurrido también a recientes avances en inteligencia artificial para identificar cuáles de estos antígenos son mejores candidatos para estimular una respuesta efectiva del sistema inmunitario. Con esta información, han elaborado vacunas personalizadas para cada paciente que contenían hasta veinte neoantígenos distintos.
En los seis pacientes tratados en EE.UU. y en los trece de Alemania se ha observado que la vacunación suscita una respuesta inmunitaria contra una parte de los neoantígenos de las células tumorales. En ningún caso se han registrado efectos secundarios relevantes.
Se harán estudios con tumores de pulmón, vejiga, riñón, linfomas y un tipo de leucemia
Un detalle importante es que se han activado tanto las células inmunitarias capaces de destruir directamente células del cáncer (o linfocitos T CD8+) como aquellas que contribuyen de manera indirecta a destruirlas (o linfocitos T CD4+). Ambas son necesarias para que el ataque del sistema inmunitario contra el cáncer sea eficaz.
Dado que los pacientes habían sido operados para extirpar el melanoma antes de recibir la vacuna, no es posible saber cuáles de ellos siguen libres de cáncer gracias a la cirugía y cuáles, gracias a la inmunización. Pero, dado que tenían melanomas avanzados, gran parte de ellos estaban destinados a desarrollar metástasis que por ahora no han aparecido, lo cual sugiere que las vacunas tienen eficacia.
“Si los resultados de los próximos estudios son positivos, una vacuna personalizada tiene el potencial de ser aplicada a cualquier cáncer que tenga suficientes neoantígenos”, señalan Patrick Ott y Catherine Wu. “Pensamos que esta estrategia puede funcionar también en cánceres que tienen pocas mutaciones”.
“Esperamos que sea asequible”
Si las vacunas personalizadas para tratar el cáncer confirman que son eficaces y seguras en próximos ensayos clínicos, el coste podría convertirse en un obstáculo para que el tratamiento sea accesible a todos los pacientes que se beneficiarían de él, admiten los investigadores Patrick Ott y Catherine Wu, de la Escuela de Medicina de Harvard. Obtener cada vacuna requiere en estos momentos unos tres meses de producción en los que deben utilizarse varias tecnologías costosas. Estas tecnologías incluyen técnicas de secuenciación masiva de ADN, programas de inteligencia artificial para identificar la composición óptima de la vacuna para cada paciente; o técnicas de síntesis química para producir las complejas moléculas que formarán cada vacuna. En el caso de la vacuna desarrollada por el equipo de Harvard, por ejemplo, cada vacuna se construye con veinte neoantígenos de cada paciente que se ensamblan en una misma molécula. Pero, del mismo modo que el coste de secuenciar genomas se ha reducido drásticamente en los últimos años, “esperamos que la estrategia de vacunas personalizadas sea asequible en la medida en que se pueden conseguir economías de escala sustanciales si la generación de vacunas se realiza en grandes cantidades”, señalan Ott y Wu.

Fuente: www.lavanguardia.com