“AUTOMEDICARSE. NO TOMAR LOS MEDICAMENTOS RECETADOS. TOMARLOS O CONSERVARLOS MAL. DISTINTAS CARAS DE UN PROBLEMA QUE SE COBRA 20.000 VIDAS POR AÑO EN EL PAÍS”
La automedicación y otros problemas relacionados con el mal uso de medicamentos no paran de crecer al punto de que algunos especialistas ya hablan de una tragedia silenciosa a la que no escapa nuestra Región: según los datos de un estudio desarrollado por el Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB) durante 2012 340 personas murieron por problemas relacionados con medicamentos (PRM) en La Plata mientras otras 2.400 debieron ser hospitalizadas por la misma causa. Mientras tanto, 22.700 fallecieron por causas similares en el país, lo que equivale a 60 decesos por día o uno cada 23 minutos.
Los autores del estudio hablan de una problemática que se profundiza: si en 2010 en toda la Argentina habían muerto 22.700 personas a raíz de problemas relacionados con medicamentos, esa misma cifra había sido de 21.800 en 2011 y de 20.000 en 2010.
El trabajo fue realizado en más de 6.800 centros de salud públicos y privados de todo el país y se basó en el cruce de datos de partidas de defunción, internaciones e historias clínicas.
“Con los métodos habituales de estadística hay internaciones y decesos que se explican por ejemplo, por un problema hepático, gástrico o cardíaco y cuando se ahonda en ese trastorno se descubre que está relacionado con el consumo abusivo o el mal uso de determinados medicamentos”, afirman los autores del trabajo.
La denominación PRM incluye a la automedicación, pero también a un amplio abanico de conductas distintas se relacionan con el acceso a los fármacos, explica Marcelo Peretta, doctor en Farmacia y Bioquímica y presidente de la mencionada entidad.
Entre esos problemas se cuentan tomar el medicamento incorrecto o dejar de tomar aquel que el médico prescribió. También se mencionan: tomar los medicamentos sin ajustarse a las indicaciones médicas; seguir tomando sin solución de continuidad fármacos que fueron recetados para una ocasión especial y un tiempo limitado; descuidar las indicaciones para la conservación de los remedios o ingerir los medicamentos en ayunas o con alcohol.
Otra de las situaciones destacadas tiene que ver con la falta de comunicación entre distintos especialistas que tratan al mismo paciente y que favorecen interacciones peligrosas entre fármacos.
Entre las causas del crecimiento de este tipo de problemas, los especialistas destacan dos: la primera, el incremento de la oferta farmacéutica en el país con más de 15.000 especialidades medicinales actualmente en el mercado (eran alrededor de 250 hace apenas cinco décadas, según los datos manejados por el Sindicato). La segunda, una escasa farmaco-vigilancia.
A estos factores se suman un acceso cada vez más fácil a los medicamentos (se estima que en la actualidad existen alrededor de 320 sitios de Internet que los venden sin control) y factores culturales que hablan de una pérdida del respeto a los riesgos que entraña el consumo de cualquier tipo de medicina.
Ana María Girardelli es jefa del Servicio de Toxicología del Hospital de Niños y destaca que una encuesta realizada en ese servicio arrojó como resultado que “el 70% de los consultados aceptaba haber consumido medicamentos por consejo de amigos, familiares, jefes, compañeros de trabajo, vecinos, entrenadores personales e innumerables personas más, todas ellas sin formación profesional específica”.
La misma Girardelli destaca que al interrogar a los consultados explícitamente, en el marco del mismo sondeo, sobre la existencia de medicamentos en el hogar “muy pocas veces se recibieron respuestas positivas”. Sin embargo, “un interrogatorio más prolijo descubre una verdadera ‘farmacia domiciliaria’ donde nunca falta un antiespasmódico, un antihistamínico, gotas nasales, analgésicos, antipiréticos y uno o más antiinflamatorios. Se encuentran productos alopáticos, homeopáticos, fórmulas magistrales o medicaciones folclóricas, de acción local y o sistémica, compuestos pediátricos o para adultos”.
La descripción sirve para que Girardelli extraiga una conclusión preocupante: “la amplia y variable conformación del ‘stock’ de estas farmacias domiciliarias tiene una sola característica de uniformidad: que los medicamentos no son reconocidos como tales y por lo tanto son auto y hétero administrados a demanda”.
El estudio realizado por el Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos también se detiene en la automedicación como uno de los problemas cruciales en relación con los medicamentos. En ese sentido, indica que 8 de cada 10 mayores de 18 años se automedica y la mitad de la población toma los medicamentos en forma incorrecta.
Pero también indaga en la lista de sustancias que son utilizadas habitualmente por los argentinos por iniciativa propia o recomendación de allegados no profesionales.
Así, entre los fármacos que se consumen en el país y en la región de forma “absolutamente descontrolada”, según los autores del trabajo, se cuentan las aspirinas, el paracetamol, el ibuprofeno, el clonazepam y el viagra,
Detrás de esta actitud palpita una idea falsa: la de considerar que tomarlos indiscriminadamente no tiene ningún efecto negativo para la salud.
Peretta atribuye esta situación a la falta de campañas de concientización.
Mientras tanto, el informe describe los efectos colaterales del uso abusivo de algunos de estos fármacos. Así, si la aspirina, mal utilizada o usada en exceso produce problemas gástricos. El paracetamol usado de modo descontrolado ocasiona problemas de hígado y riñón y el ibuprofeno, mal utilizado puede acarrear trastornos cardíacos y diabéticos.
Como contrapartida, también se identifica el problema contrario: medicamentos correctamente recetados que no se toman o se toman mal: “el médico los prescribe, pero el paciente, porque no tiene plata, porque decide no tomarlo o porque decide tomar menos cantidad, no logra el efecto que se buscaba con la incorporación de la medicación y su enfermedad avanza. Este caso también es considerado un problema relacionado con medicamentos y se suma a la mala conservación (pastillas fuera de sus blisters o remedios colocados al sol) que alteran los principios activos o a la costumbre de consumir medicamentos en ayunas o con alcohol. Todos estos factores juntos colocan, al decir del trabajo, a los problemas relacionados con medicamentos en el tercer lugar en el ranking de muertes por problemas de salud, detrás de las afecciones cardíacas y las oncológicas.
Fuente: http://www.eldia.com.ar/edis/20130519/En-ano-mas-muertos-Plata-automedicarse-tapa6.htm