«Estoy de acuerdo en que, en un momento de crisis hay que equilibrar nuestros presupuestos, pero la cuestión es cómo hacerlo. En tiempos de crisis económica no es el momento de reducir los recursos humanos. Mi consejo es que se mantenga el número de enfermeras porque la crisis pasará y, cuando llegue ese momento, harán falta. Y luego es muy difícil recuperar a los que se han ido para trabajar en otro país», así de claro se ha manifestado Judith Shamian, presidenta del Consejo Internacional de Enfermeras, el mayor representante de estos profesionales en todo el mundo.
En una rueda de prensa, esta experta junto con Máximo González Jurado, presidente del Consejo General de Enfermería, ha señalado la importancia del papel que tienen las enfermeras para dotar de calidad al sistema sanitario y del acuerdo al que se llegó con el Ministerio de Sanidad, el pasado mes de julio, para regular y ordenar los recursos humanos y la gestión clínica en la sanidad española. «El acuerdo firmado entre el Gobierno, el Consejo de Enfermería y el SATSE es toda una revolución para la enfermería», afirma claramente Shamian, sin embargo, cuando se le pregunta más por este tema y por el mensaje que trasladará este martes a la ministra de Sanidad, Ana Mato, reconoce que «le daré la enhorabuena pero también que espero que se cumpla».
Porque la situación de este colectivo difiere mucho de una comunidad a otra. Si la media de la Unión Europea es de 759 enfermeros por cada 100.000 habitantes, esa cifra baja hasta los 527 cuando se habla en términos generales de España. Pero hay que ir más allá. «La única comunidad que supera la media europea es Navarra, con 833 por 100.000 habitantes. Sin embargo, Andalucía cuenta con tal sólo 375. Así no se puede hablar de principio de equidad. Y eso tiene consecuencias. Un ejemplo es que la primera comunidad en demandas contra enfermeros es Andalucía. Parece lógico afirmar que donde hay menos enfermeros el riesgo es mayor», explica González. Y señala lo que está ocurriendo en época de crisis: «en los últimos cuatro años, por cada médico perdido, se han perdido siete puestos de enfermería».
En cuanto a ese déficit y sus consecuencias sobre la salud de los ciudadanos, el presidente del Consejo General de Enfermería, afirma que no se están notando más problemas debido a que «el compromiso ético de los enfermeros es brutal. Tenemos un grado tan alto de cualificación y de compromiso que suple la carencia numérica. Nuestros enfermeros se están dejando la vida en su trabajo». Además, si la carencia es importante en la sanidad pública, «lo es aún más en la sanidad privada. Hay ciertos hospitales privados que están abusando de la situación de crisis. Y eso tiene graves consecuencias, diferentes estudios muestran que por cada paciente de más asignado a una enfermera se aumenta un 7% el riesgo de muerte».
A pesar de la falta de recursos y de la reducción de salarios, sobre todo en centros privados, González señala que no son muchos los enfermeros que se manifiestan probablemente porque tienen miedo a perder su empleo. «Hay que tener en cuenta que casi el 70% de los enfermeros del sistema público no tienen plaza en propiedad. Hay 20.000 enfermeros desempleados, la ley de la oferta y la demanda es muy patente. Además, no es el único colectivo que no ha reaccionado a la situación de crisis y precariedad, ¿quién lo ha hecho en este país?», afirma.
Quizás por el desempleo creciente y la precariedad en nuestro país, cada vez son más las ofertas que llegan de otros países. Sin embargo, Máximo González, ha hecho una advertencia: «Cada vez son más las empresas alemanas que llegan a España haciendo ofertas a nuestros enfermeros. Las están engañando, porque en Alemania no trabajan como enfermeros sino como auxiliares. Así es fácil ser competitivo, porque están subvencionando el sistema sociosanitario con profesionales de alta preparación a bajo coste. Estoy a favor de la libre circulación de profesionales, pero desde la dignidad. Reino Unido, cada vez menos, y países nórdicos han reclutado a profesionales españolas, pero lo de Alemania es otra cosa. Me parece una degradación insostenible».
Por último, para afrontar la crisis por la que está pasando el país, y en concreto el sistema sanitario, tanto González como Shamian hacen hincapié en la necesidad de hacer reformas estructurales. «El sistema está medicalizado. Hace falta cambiarlo. La solución no es disminuir los recursos humanos». De no tomar ninguna medida, apunta Shamian, en Europa habrá una carencia de 600.000 enfermeras en 2020. «Si no se busca una solución, habrá problemas».
ÁNGELES LÓPEZ Madrid
Fuente: http://www.elmundo.es/salud/2013/11/25/5293568c6843411a688b4589.html