El ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, anunció que desde el jueves 7 de abril el uso del barbijo en la provincia de Buenos Aires pasó a ser optativo.
En espacios laborales, recreativos y educativos, excepto en el transporte público, en donde seguirá siendo obligatorio.
La decisión de la Provincia se basó en unas “10 semanas de descenso sostenido de casos de COVID-19, el brote adelantado de influenza controlado, la campaña de vacunación contra la gripe iniciada. Y más del 95% de la población inmunizada contra el coronavirus”.
De todos modos, Kreplak sostuvo que, desde la Provincia se sigue recomendando “fuertemente el uso del barbijo”, especialmente en lugares cerrados.
Por su parte, en la Ciudad de Buenos Aires, el ministro de Salud porteño Fernán Quirós sostuvo en conferencia de prensa que no se tomó aún una decisión sobre el cambio del uso del barbijo en espacios cerrados en territorio porteño.
Y que se comunicará “cuáles son las mejores estrategias para cada semana” de acuerdo a las próximas evaluaciones epidemiológicas.
Actualmente, en la Ciudad de Buenos Aires el barbijo no es obligatorio en lugares abiertos y en la escuela.
Mendoza también decidió la flexibilización del barbijo en las escuelas de esa provincia.
En un contexto de baja de casos y, ante la decisión de algunos distritos de volver optativo el uso del barbijo, en muchas situaciones la decisión de llevar o no tapabocas es algo personal.
¿En qué lugares o situaciones es buena idea seguir usando el barbijo? ¿Qué recomiendan los expertos?
Espacios interiores como supermercados o teatros
Si algo aprendimos después de meses de pandemia, es que el riesgo de contagio de COVID-19 es mayor en espacios cerrados sin ventilación. Que en espacios abiertos o al aire libre.
Por eso, los especialistas continúan poniendo el foco en la ventilación natural cruzada.
“Creo que la clave son los lugares en los que no se puede asegurar la ventilación o una buena calidad de aire.
Me parece que en esos lugares sería recomendable seguir usando barbijo, esto es, interiores con inadecuada ventilación, cines, aviones, supermercados”. Señaló la infectóloga Leda Guzzi, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
En la misma línea, Lautaro De Vedia, ex presidente de la SADI, señaló que es recomendable seguir utilizándolo en el transporte público.
Y “fundamentalmente, en lugares cerrados cuando no hay buena ventilación, como teatros”.
En lugares como los gimnasios, por ejemplo, “lo ideal es que esté bien abierto”, agregó el infectólogo.
Para saber cuándo un ambiente se encuentra suficientemente ventilado, es decir, cuándo hay suficiente renovación de aire. Se pueden utilizar los medidores de dióxido de carbono (CO2).
Se recomienda aumentar la apertura de puertas y ventanas cuando el nivel de CO2 supere las 700 ppm (partes por millón de masa de aire)
Erin Bromage, profesor asociado de biología que estudia las enfermedades infecciosas en la Universidad de Massachusetts Dartmouth, sugiere una analogía con el humo del cigarrillo.
Si alguien estuviera fumando, ¿el olor de los cigarrillos llenarían rápidamente el ambiente? Si es así, también lo haría el virus.
Sería inteligente llevar un barbijo. Si no, es poco probable que te infectes”, dijo al New York Times.
Jorge Aliaga, investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y del Conicet, ilustró el caso con otro ejemplo. El de tomar agua que haya estado en contacto con decenas de personas en una pileta.
“El aire que respiramos tiene que estar limpio”, dijo el especialista, a lo que agregó.
“En lugares cerrados, además del tiempo y de la corta distancia, tenés 2 factores más. Cuanto más personas tengas en el ambiente, más personas van a estar exhalando y por lo tanto en menos tiempo vas a tener la misma probabilidad de que el aire esté contaminado”.
“¿Cuál sería mi concepto? Salvo que uno esté muy cerca, vale para ambiente abierto o cerrado, la forma de estar seguro es.
Si vamos a estar al menos a 60 centímetros de distancia, y tenemos algo que nos garantice de que hay buena ventilación. Podemos estar tranquilos de que estamos seguros sin barbijos, más ahora estando vacunados y que no hay tantos casos.
Es decir, que la probabilidad de que alguien esté contagiando es baja”, apuntó Aliaga.
Espacios al aire libre o bien ventilados
“¿Se puede dejar de utilizar el barbijo en un espacio bien ventilado?
La respuesta podría ser sí, en tanto no esté muy concurrido y haya distancia física, e insistiendo con el lavado de manos”.
Agregó Elena Obieta, médica infectóloga, integrante de la SADI y jefa del servicio de enfermedades transmisibles de la municipalidad de San Isidro.
Es decir que, además del flujo del aire, también es recomendable tener en cuenta las multitudes y el tamaño del espacio.
“Nosotros estamos entrando en otoño invierno y todavía no tenemos vacunada la población objetivo contra la gripe.
Entonces los lugares cerrados, mal ventilados, como el transporte público o el teatro, sin distancia física, sin barbijo y sin ventilación, son una probable fuente de infección, claramente”, apuntó Obieta.
“El aforo es clave. Si es el 100%, obviamente el riesgo es mayor; con una mayor cantidad de personas en poco espacio, el riesgo sube”, coincidió Guzzi.
Respecto a los recitales, por ejemplo, Bromage, que ha ayudado a grupos musicales de gira a evaluar los riesgos de la COVID-19 durante toda la pandemia dijo al New York Times.
La mayoría de los conciertos al aire libre son seguros. “El riesgo se concentra principalmente en las zonas situadas en la parte delantera del escenario, donde la gente está una encima de la otra cantando y haciendo esfuerzos físicos”.
“En el ambiente abierto la ventilación es enorme y la dilución, es decir, la cantidad de aire disponible para que el aire que uno respira se diluya, es enorme.
En un ambiente abierto, salvo que se esté muy cerca del otro, muy pegado, diría que no hay problema en no usar barbijo. El uso de barbijo en un ambiente abierto solo tendría sentido si estás muy cerca”, apuntó Aliaga.
El transporte público o los aviones
En relación al transporte público, los expertos coinciden en que es una buena medida mantener su uso allí. Ya que en los colectivos y subte hay muchos desconocidos entrando y saliendo de un espacio reducido y cerrado.
“Viajar en transporte público aumenta el riesgo de una persona de contagiarse y propagar el COVID-19. Ya que pone a las personas en contacto cercano entre sí.
Con frecuencia por períodos prolongados, y las expone a superficies que se tocan con frecuencia.
Los viajes en avión a menudo exigen pasar tiempo en las filas de los controles de seguridad y en las ajetreadas terminales de los aeropuertos.
Mantener una distancia de 6 pies [N. de R.: en aproximación, unos 2 metros] de otras personas suele ser difícil en los medios de transporte público”. Señalan los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
Algunas situaciones especiales
Los tapabocas también pueden ser importantes en los casos en los que una persona no está vacunada contra el coronavirus. O se interactúa con personas no vacunadas, quienes tienen un riesgo mayor de hospitalización y muerte por COVID-19.
“Los no vacunados tienen un rol más acentuado, porque suelen tener cargas virales más altas.
Como se vio, en la última ola con Ómicron la transmisión fue pareja, los vacunados también tienen carga viral y transmiten. Aunque el riesgo es mucho menor, si tienen los esquemas al día”, explicó Guzzi.
En el caso de personas que tienen una inmunidad comprometida, por ejemplo, o viven con alguien que la tiene.
Es una buena idea seguir usando el barbijo y mantener la distancia social con los extraños, especialmente en áreas interiores sin ventilación.
Los barbijos están destinados principalmente a reducir la emisión de gotitas y aerosoles cargadas de virus, lo cual es especialmente relevante para las personas infectadas asintomáticas que se sienten bien.Y pueden no ser conscientes de su contagiosidad.
Pero los barbijos también ayudan a reducir la inhalación de estas gotitas y aerosoles por parte del usuario.
Como contamos en esta nota, los barbijos bien ajustados protegen más. Y la capacidad de filtrado del material del barbijo y el uso que se haga de este elemento incide en las posibilidades de contagio de COVID-19 y otras enfermedades respiratorias.
“De cara al invierno el uso del barbijo es una medida muy apropiada para prevenir el coronavirus y otros virus.
Cuando llegue la primavera creo que vamos a tener más elementos para juzgar la evolución de la pandemia y va a ser más fácil tomar decisiones”, concluyó Guzzi.
Fuente: www.chequeado.com