El Ministerio de Salud de la Nación confirmó un caso de sarampión de una residente de la ciudad de Buenos Aires contraído en Medio Oriente.
Sobre la importancia de la vacunación contra el sarampión no sólo en los menores, opinó la Dra. Rosa Bologna. Médica pediatra infectóloga, jefa del Servicio de Epidemiología e Infectología del Hospital Garrahan.
Frente a la aparición de un caso de sarampión en una mujer de 25 años con antecedente de viaje fuera del país es fundamental recordar la vacunación. En los niños, niñas y adultos, y consultar ante la presencia de fiebre y exantema (manchas en la piel).
El último caso de sarampión endémico en la Argentina se registró en el 2000.
Desde entonces y hasta el año 2018 se registraron un total de 43 casos importados y relacionados con el antecedente de viaje.
Entre enero de 2019 y marzo de 2020 se confirmaron un total de 199 casos de sarampión, registrándose el mayor brote desde la eliminación.
En virtud de la circulación del virus de sarampión en Brasil y de brotes en Estados Unidos y otros países de Europa y el mundo.
Y teniendo en cuenta la apertura de fronteras con mayor movilización de personas, en el último verano se emitió una alerta para completar los esquemas de vacunación y prevenir la reintroducción del virus en el país.
Considerando que el virus del sarampión continúa circulando en otros países y ante la disminución de las coberturas de vacunación ocurridas en la pandemia, existe alto riesgo de importación de casos y desarrollo de brotes.
Las coberturas de vacunación con vacuna contra el sarampión (vacuna triple viral) en 2020 disminuyeron a 77.3 por ciento para la primera dosis y 71.4 por ciento para la segunda dosis. Quedando así niños y niñas susceptibles no protegidos.
A pesar de la disponibilidad de una vacuna segura y eficaz, el sarampión sigue causando la muerte y enfermedades graves en los niños y niñas de todo el mundo.
Y es una de las principales causas de muerte y años de vida ajustados por discapacidad en los países en desarrollo.
Los síntomas iniciales, que suelen aparecer entre 7 y 21 días después de la infección, incluyen fiebre alta, secreción nasal, conjuntivitis y tos. Seguidos después por una erupción (manchas en la piel) que comienza en la cara y la parte superior del cuello y luego va descendiendo.
La transmisión ocurre de persona a persona, por el contacto directo o indirecto con gotitas de secreciones procedentes de la nariz, boca y faringe de las personas infectadas.
La infección se transmite desde 4 días antes hasta 4 días después del inicio de la erupción.
No existe un tratamiento antiviral específico pero la administración de vitamina A se asocia con una menor morbilidad y mortalidad.
La mayoría de las personas se recuperan en 2 a 3 semanas. Las complicaciones graves son más comunes en los niños menores de 5 años. O en los adultos mayores de 30 años y en las personas con inmunosupresión o defensas bajas.
Las mujeres infectadas durante el embarazo también corren el riesgo de sufrir complicaciones graves.
El sarampión se puede prevenir mediante la vacunación con dos dosis de la vacuna contra sarampión (doble o triple viral). La meta de cobertura de inmunización es del 95%.
Los niños y niñas de 1 a 4 años deben tener una dosis de vacuna triple viral.
Y los mayores de 5 años y las personas adultas nacidas después de 1965 deben tener dos dosis de vacuna doble o triple viral aplicada después del año de vida.
Las personas nacidas antes de 1965 se consideran inmunes y no necesitan vacunarse.
En caso de viaje al exterior los niños y niñas de 6 a 11 meses de vida deben recibir una dosis de vacuna triple viral.
Recordemos que la vacunación protege a quienes reciben la vacuna, pero también implica un beneficio para quienes no pueden recibirla. Como son los lactantes menores de 6 meses, pacientes inmunocomprometidos y las personas gestantes.
Por Dra. Rosa Bologna, médica pediatra infectóloga (MN 60073), jefa del Servicio de Epidemiología e Infectología del Hospital Garrahan.
Fuente: www.telam.com.ar