Un genio solidario fabricó en Salta una cámara hiperbárica

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La construcción llevó más de tres años en la planta metalúrgica Santa Anita. Su diseñador, Jorge Heit, quiere donarla a un hospital público.

El 25 de junio de 2014, Sergio Agüero salió lesionado en el partido que la Selección argentina de fútbol disputó con Nigeria por el Mundial de Brasil. Horas después, tras confirmarse un desgarro en su pierna izquierda, el Kun fue descartado para lo que restaba de la copa del mundo: la cicatrización de los tejidos musculares rotos requería de al menos 21 días y solo quedaban 17 de competencia. Ocho días después de la lesión, sin embargo, el goleador volvió a entrenar a la par de sus compañeros y la prensa mundial destacó que la clave de la milagrosa recuperación había sido una cámara hiperbárica que la AFA hizo trasladar a Porto Alegre.

“Qué bueno sería tener una hiperbárica en Salta. Ayudaría a curar a mucha gente e incluso a salvar vidas. Lástima que sean tan inaccesibles”, le dijo Cristian Fernández (deportista) al ingeniero Jorge Heit, aquel 4 de julio de 2014.

Tras escuchar a su joven colaborador hace cuatro años, Heit se tomó una tarde para interiorizarse sobre las aplicaciones médicas y al día siguiente ambos empezaron a concebir, con determinación y recursos propios, una cámara hiperbárica para donarla a algún hospital público.

Hoy, después de muchos esfuerzos y gastos, la cámara que podría evitar la amputación del pie de un diabético o salvar la vida de un niño intoxicado con monóxido de carbono está lista y con las pruebas de hermeticidad completadas. Solo resta esperar que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) sea diligente con las evaluaciones y procedimientos de inscripción y registro.
Santa Anita es una de las pocas plantas metalúrgicas que quedan en pie en la provincia y la única que sigue fabricando microturbinas eléctricas en el país.

Heit es considerado un prócer en Los Naranjos, donde 113 familias de una de las comunidades kollas que habitan desde tiempos inmemoriales en las selvas oranenses del Alto Bermejo, cuentan con electricidad en sus casas, el destacamento policial, el puesto de salud y la escuela albergue gracias a una pequeña turbina hidráulica que fabricó en su taller y les instaló en agosto de 2007.

Por el microgenerador, que se alimenta con las aguas de una acequia y lleva once años sin un solo fallo ni avería, el pueblo también cuenta con alumbrado público sin costos ni impactos en el ambiente.

El inquieto inventor, que ahora intenta poner a Salta en la vanguardia de la medicina hiperbárica, es un entrerriano de 78 años que llegó a la provincia hace más de medio siglo.
Heit solo tiene una queja. “La cámara hiperbárica está funcionado, pero todavía no cura a nadie”, se lamenta. “Yo trato de que las cosas que hago sean útiles. Nunca hice plata, pero tengo la alegría de hacer lo que me gusta, y siento que no he desperdiciado mi vida”, remarca.

El equipo
En el diseño y desarrollo de la cámara hiperbárica, Heit y Cristian contaron con la cooperación profesional de tres ingenieros biomédicos, el salteño Daniel Estrada y los tucumanos Eduardo Guillén y Silvia Carrizo.

El equipo es un compartimiento cilíndrico, fabricado con chapas de acero de gran espesor, tapa toriesférica y escotillas de acrílico de alta densidad. En su interior tiene espacios para una camilla y cuenta con válvulas, sensores y otros dispositivos de seguridad y control.
La cámara fue diseñada para soportar presiones de hasta 12 atmósferas absolutas (ATA), con un amplio margen por encima de las 2 a 3 atmósferas con que suelen realizarse las diferentes terapias de medicina hiperbárica. Las pruebas hermeticidad se hicieron a presiones equivalentes a 6 atmósferas.

Beneficios de la terapia con oxígeno
La terapia de oxígeno hiperbárico consiste en respirar oxígeno en una cámara en la que la presión atmosférica se eleva hasta tres veces más que la normal.
En estas condiciones, los pulmones reciben hasta tres veces más de oxígeno de lo que sería posible respirar bajo la presión normal del aire. Los tejidos del cuerpo necesitan un suministro adecuado de oxígeno para funcionar.
Cuando el tejido se lesiona, puede requerir más oxígeno para sanar. La terapia hiperbárica aumenta la cantidad de oxígeno disuelto en la sangre y mejora su suministro para la función de los tejidos vitales. También ayuda a combatir infecciones y reduce sensiblemente los tiempos de las cicatrizaciones.

Fuente: www.eltribuno.com