Prueban una vacuna que baja el colesterol.

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Obtuvo resultados exitosos en ratones. Ayudaría a prevenir ataques cardíacos.

 

Tras obtener resultados exitosos en ratones, una vacuna que reduce el colesterol y ayudaría a prevenir ataques cardíacos se encuentra en la primera fase de ensayos clínicos en humanos.

A diferencia de las vacunas que ofrecen protegen contra virus y bacterias, la AT04A -tal como fue denominada- ayuda al sistema inmunológico a atacar a una proteína (la PCSK9) que impide la eliminación de las lipoproteínas de baja densidad (LDL), también conocidas como “colesterol malo” porque contribuyen al depósito de grasas en la pared de las arterias. La AT04A, explican sus desarrolladores en un artículo publicado en European Heart Journal, contribuiría a reducir los depósitos grasos que bloquean las arterias y evitaría que los pacientes tengan que tomar diariamente pastillas que ayudan a reducir el riesgo de ataques cardíacos. No obstante, recién se inician las pruebas en humanos. Son 72 los voluntarios que participan de la primera fase de ensayos clínicos destinados a evaluar la seguridad de la vacuna (para que un producto pueda ser comercializado se necesita que apruebe tres fases).

Sus desarrolladores subrayan que, aún si la vacuna llegara a estar disponible -calculan que no antes de seis años-, no debería de ser considerada una excusa para que los pacientes dejen de hacer actividad física o de consumir alimentos con alto contenido de grasas.

La vacuna obtuvo resultados exitosos en ratones que fueron modificados genéticamente para el experimento y que recibieron alimentación de estilo occidental (no saludable) para inducir el colesterol alto y aterosclerosis. La AT04A redujo en un 53% el colesterol total y en un 64% el daño aterosclerótico y hasta en un 28% los marcadores biológicos de inflamación de los vasos sanguíneos en comparación con ratones no vacunados.

«Si estos resultados se traducen con éxito en los seres humanos, esto podría significar que, como los anticuerpos inducidos persisten durante meses después de una vacunación, podríamos desarrollar una terapia de larga duración que, después de la primera vacunación, sólo necesitaría un refuerzo anual. Esto daría lugar a un tratamiento eficaz y más conveniente para los pacientes, así como un mayor cumplimiento», se entusiasma el doctor Gunther Staffler, investigador y director de tecnología de la empresa austríaca de biotecnología AFFiRis, dedicada a la producción de inmunoterapias para el tratamiento de enfermedades crónicas.

La forma de administración de la AT04A es comparable a la de una vacuna. La diferencia, explica Staffler, radica en que «una vacuna convencional induce anticuerpos que son específicos a las proteínas bacterianas o virales que son extrañas para el cuerpo (patógenos), mientras que nuestro enfoque induce anticuerpos contra una proteína que es producida por el cuerpo (endógena). En realidad, en lugar de una vacuna, se trata de un enfoque inmunoterapéutico».

Fuente: Diario Clarin. www.clarin.com