El 25 de abril de este año, la Senadora Sandra Giménez de la provincia de Misiones, presentó al Senado de la Nación un proyecto para declarar de interés dos invenciones para el campo de la salud. La propuesta se fundamenta tanto en la novedad y eficiencia de los inventos, como en el esfuerzo y el mérito de su inventor.
Nosotros queremos compartir esta historia, ya que pensamos que puede servir para inspirar a nuestros trabajadores y estimularlos para que participen en nuestro concurso. Queremos destacar el poder de la observación y de la motivación de este trabajador como fuente y motor para la innovación.
EL INVENTOR: UN ENFERMERO, UN TRABAJADOR
Esta es una historia de superación personal que merece destacarse, ya que Sergio Fernández, el hombre en cuestión, nació en Campo Grande de Misiones donde durante su niñez y parte de la juventud se dedicó a trabajar vendiendo chipas, a la cosecha de té, a la carpintería y luego al trabajo temporal en la cosecha de yerba mate -tarefa. A los 25 años se decidió terminar la secundaria e iniciar sus estudios superiores. Se recibió de enfermero universitario en la Universidad Nacional de Misiones, e hizo la licenciatura en la Universidad de La Plata. A partir de ese momento y hasta el 2014 trabajó con pacientes críticos en el hospital San Juan de La Plata y a partir de esta experiencia y del deseo de mejorar la atención de sus pacientes, que comenzó a desarrollar estos productos. Se trata de un fijador de tubo endotraqueal descartable para pacientes con ARM (Asistencia Respiratoria Mecánica) y de un cuantificador de orina que otorga más comodidad, y evita lesiones y dermatitis.
LOS INVENTOS
EL FIJADOR DE TUBO ENDOTRAQUEAL DESCARTABLE
La idea del fijador surgió a partir de la observación y de “ponerse en el lugar del paciente y preguntarse cómo mejorar las lesiones que se producen al momento de fijar un tubo endotraqueal al paciente con asistencia mecánica respiratoria. Normalmente, se suele usar gasa en pacientes ARM y para los bebés que pasan por incubadoras y esto contribuye a la proliferación de microorganismos. Este invento inhibe esta proliferación y facilita el trabajo de los profesionales y evita también las lesiones de la comisura de la boca.
La invención permite la fijación del tubo en forma práctica, segura y rápida, considerando también la sujeción de la sonda nasogástrica en el mismo accesorio, facilitando al profesional la aspiración e higiene bucal del paciente. Se realiza con material descartable y flexible, y adhesivos testeados dermatológicamente, de costo muy económico, que permiten una óptima fijación del tubo en tiempo y accesibilidad.
EL CUANTIFICADOR DE ORINA
El otro aporte es el cuantificador de orina que “no existe en la actualidad y evita que el paciente amanezca mojado, evita escaras”. Este último “surgió a partir de un abuelo que había tenido un ACV y a quien atendía en domicilio. Me pidió que me quedara con él toda la noche. Y yo no podía. Claro le colocaba un pañal convencional a la noche y cuando volvía a las 4 de la mañana el abuelo estaba todo mojado”, cuenta Sergio. La innovación consiste en un pañal que contiene un absorbente que evita que la materia fecal se esparza y un tubo que envía la orina directamente a una bolsa cuantificadora. De esta manera, el pañal evita la dermatitis y puede permanecer por mucho más tiempo sin necesidad de cambiarlo ya que no se moja. Es para niños y adultos y es para uso exclusivo en sanatorios, hospitales y asilos. Para su fabricación se usa materiales locales y tiene un bajo costo de producción. “Implica practicidad, ahorro, evita la dermatitis en el paciente y facilita la toma de muestra al profesional para cuando se requieran ciertos análisis.
Sergio Fernández comenzó a desarrollar sus inventos hace cinco años en un pequeño laboratorio que se armó en su casa y realizó las experiencias en pacientes del Hospital San Juan de La Plata, donde trabajó hasta fines del 2014. Ahora, ambos elementos se encuentran en el Instituto Nacional de la Propiedad Intelectual (INPI) pasando por las pruebas necesarias para que quede patentado como exclusivamente argentino.
Tanto los productos como el inventor constituyen un verdadero orgullo para el país y para todos nosotros.
